sábado, 12 de octubre de 2019

La Lluvia al caer



Sentado en mi escritorio de trabajo, no podía mantenerme pensando en ninguna otra cosa que no fuera la intensa lluvia que estrepitosamente caía. 

Me asalta la nostalgia cuando veo caer la lluvia desde el cielo gris blancuzco y nuboso. De momento la veo caer al imperioso árbol de anacahuita. En cada rama, en cada hoja caen una a una las gotas de lluvias. Veo como después resbalan y caen al suelo desde cada hojita y desde el grueso tronco. Veo atreves de la luz que se proyecta entre los espacios ramificados de la exuberante anacahuita, como se forma ese gran y hermoso espectro de luz fantasmal atreves de la briza y el tímido viento que vacilantemente sopla en todo el derredor, que luce nublado, tranquilo y misterioso. Todo eso es lo que imagino, mientras me mantengo en serena quietud escuchando la lluvia caer. Tengo la sensación de ver como transforma cada lugar en el que cae.

Si, la lluvia me hace sentir un dejó de nostalgia. Cuantos recuerdos, cuantas añoranzas de mis tiernos años por allá en mi Sabana del Puerto querido, bello paraje de las Villa de las Hortensias. 

La yegua ceniza del abuelo, apuro rogarles nos dejaba montarla "tengan cuidado con está potranca no lo tire a tierra" no lo niego algunas veces con algún que otro estrepitaso saboreamos las húmedas tierras de la campiña del abuelo.

¡Ah! Ahora me asalta el recuerdo de las adolescentes que besuqueamos en las veredas del camino al río. Íbamos a buscar agua en el burro que Diomedes le puso por nombre barrancoli por lo chico del burrito que papa lo había comprado por las vueltas de la Cueva de Cívico.

¡Cuántos recuerdos, cuantas nostalgias! nos trae la lluvia. No olvido las lluvias de mayo en los ranchos de tabacos del abuelo, todos se iban al avistar los chubascos en las vespertina nubes antes de que llegarán los fuertes aguaceros, pero algunos nos quedábamos a discreción para consumar citas amorosas con alguna que otra jovenzuela en los nidales del rancho. 

Dicen “recordar es vivir” Estas cosas de aquellos años juveniles las recuerdo, cuando de tarde en tarde veo la lluvia caer…