Domingo Nuñez por los alrededores de los Martinez, sección de Maimón Provincia Monseñor Nouel
compartiendo con humildes labriegos de esos lares.
Hola buenas noches amigos y hermanos lectores. hace unos días me tope con un texto que refiere a una arenga de despedida que el hombre de la teoría de la relatividad, Albert Einstein dirigió a unos alumnos que terminaban el curso donde el pensador y científico fue su profesor: "Mas que personas de éxito sean personas realizadas" Esta reflexión del hombre de ciencia Albert Einstein nos motivo a las siguientes reflexiones, la quiero compartir con ustedes. Ahí le va:
A nuestro alrededor encontramos abundantes biografías y ejemplos de personas que han alcanzado unos excelentes niveles de éxito o progreso social en sus vidas y que, a pesar de ello, han tenido una existencia amarga y desdichada.
La felicidad y la agradable sensación de vivir o haber vivido una vida bien lograda requieren más que éxito o prestigio una conjunción armónica entre el progreso social y el progreso individual, que se retroalimentan formando un círculo virtuoso en el que mejoramos para dar y damos para mejorar.
Todos los seres humanos llegamos al mundo con tres recursos personales de inestimable valor –inteligencia, emociones y voluntad– que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida; los logros que alcancemos como individuos y como seres sociales dependen, en cierta medida de nuestra capacidad para gestionar esos tres recursos.
En la medida en que cada persona es la única dueña de su propia vida, el reto de construir mejores sueños y llegar a realizarlos pasa necesariamente por su capacidad para administrar adecuadamente sus recursos personales. Y ese es un proceso ininterrumpido que se va desarrollando todos los días con cada decisión que una persona toma. Es necesario saber tomar mejores decisiones y estar en capacidad de asumir la responsabilidad por ellas, a sabiendas de que los errores ocurren y que de ellos es mucho lo que se puede aprender.
Con las herramientas adecuadas toda persona puede construir su sueño personal, ambicionando en él cosas que podrían parecer imposibles en el momento en que las plantea, y hacer de su vida una experiencia interesante, intensa, emocionante, inteligente y reconfortante, que le permita ir cristalizando ese sueño que se ha trazado. Sin embargo, para que dicha experiencia sea integral, hay que saber escuchar y atender las necesidades emocionales avanzadas, que son aquellas que no demandan el éxito sino la expansión de los recursos personales –inteligencia, emociones y voluntad– y la capacidad de ponerlos al servicio de las demás personas.
Todo ser humano, además de ser responsable de su propio progreso individual, puede mejorar su capacidad de influir positivamente en el progreso de los demás y con ello alcanzamos
una vida bien lograda.