Desde los lares de la costa atlántica, punta rucia, San Felipe de Puerto Plata.
Comparto con ustedes este bello atardecer que se torna anaranjado y violetado
cuando el día languidece y la tarde poco a poco va ocultando la luz del sol,
dejando la sensación de un dejo de nostalgia y melancolía que evocan recuerdos
de los años pasados y de los amores que no se consumaron.
De los años de juventud nos llega a través de los dilatados tambores del tiempo
una canción de Javier Solís: “Moliendo Café”
“Cuando la tarde languideceRenacen las sombras
Y en su quietud los cafetales
Vuelven a sentir
Esa triste canción de amor
De la vieja molienda
Que en el letargo de la noche
Parece gemir
Una pena de amor, una tristeza
Lleva el sambo Manuel en su amargura
Pasa incansable la noche
Moliendo café
Cuando la tarde languidece
Renacen las sombras
Y en su quietud los cafetales
Vuelven a sentir
Esa triste canción de amor
De la vieja molienda
Que en el letargo de la noche
Parece gemir
Una pena de amor, una tristeza
Lleva el sambo Manuel en su amargura
Pasa incansable la…”
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