lunes, 25 de enero de 2016

El Mejor Discurso de la Historia Charles Chaplin



Uno de los mejores discursos que haya escuchado.

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Informe Semanal : La vida de Dolores Ibárruri, 'Pasionaria'





Semblanza biográfica de Dolores Ibárruri, "Pasionaria", en un Informe semanal de 1995.
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Carmen Madorrán: Rastreando alternativas: la propuesta cooperativista en...







Esta ponencia se enmarca en el curso "Vivir (bien) con menos" dirigido por Jorge Riechmann, que se inscribe dentro del programa de Cursos de Verano de la Universidad Autónoma de Madrid en el curso 2015.

Haití al rojo vivo.


Haití escenario de la más grande rebelión popular de las últimas décadas








Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití son hoy el escenario de la más grande rebelión popular de las últimas décadas de la sufrida nación haitiana. Decenas de miles de manifestantes se han lanzado a la calle para demostrar su repulsa contra el actual gobierno presidido por Michell Martelly, que había decidido, contra el pensamiento de la gran mayoría, mantener la fecha del domingo 24 para realizar una "mascarada electoral", tal cual la califican los partidos opositores. Sin embargo, un griterío ensordecedor comenzó a subir desde los rincones más pobres de la ciudad e incluso invadió con inusitada violencia las calles residenciales de Petion-Ville: es es pueblo en toda la magnitud de su capacidad de resistencia, haciendo honor a sus orígenes independentistas y anti-esclavistas de 1804, que se ha puesto de pie para generar una ofensiva antiimperialista y escribir en las páginas de su propia historia un descomunal: “¡¡Basta!!”.

-Basta de utilizar el territorio haitiano como un laboratorio invasivo por parte de Estados Unidos y sus aliados.

-Basta de tropas invasoras de la Minustah, que muy por el contrario de lo que enuncian sus promotores cuando hablan de “ayudar al pueblo haitiano y ejercer una misión humanitaria”, todo lo que ha dejado su accionar es represión, ocupación, violación de niños y niñas por parte de soldados entrenados para matar, transmisión del cólera, cuya epidemia causó decenas de miles de muertos.

-Basta de complicidad latinoamericana con las tropas invasoras de las Naciones Unidas.

-Basta de la burla e hipocresía internacional, derivada de las vergonzosas "misiones de ayuda", encabezadas por el genocida norteamericano Bill Clinton, que solo persiguen afianzar aún más los lazos de dependencia y dominación del pueblo haitiano.

Es por ello que durante las últimas semanas Haíti se fue convirtiendo en un escenario claramente pre-revolucionario, produciéndose estos últimos días una masiva rebelión popular. Frente a la tozudez criminal de Martelly y sus secuaces de querer que el acto electoral se realizara de todas maneras, y la tibia y epistolar respuesta de la partidocracia opositora (salvo honrosas excepciones), miles de jóvenes decidieron tomar el futuro en sus manos y en grandes oleadas comenzaron a recorrer las calles, primero pacíficamente, levantando consignas contra el Consejo Electoral y pidiendo la renuncia del Presidente. Frente a la brutal represión policial y de las tropas de la Minustah, quienes se movilizaron comenzaron a ejercer, en respuesta, la lógica y necesaria violencia popular. Esa que cuando surge, en las circunstancias límites (y esta, vaya si lo es) siempre provoca reacciones de repudio en los sectores oligárquicos y pequeño burgueses (incluso en algunos sectores de cierta izquierda boba) que no pueden comprender que la paciencia de los pueblos tiene límites muy claros.

En el Haití de hoy, todo lo que haga el pueblo en su autodefensa, frente a políticos venales y uniformados invasores, está más que justificado.

Los ejemplos de estas últimas horas son contundentes: Estudiantes, trabajadores y luchadores de todas las generaciones atravesaron a la carrera el bulevard La Saline. luego irrumpieron en el barrio Bel-Air y en la ruta Delmas, al grito de “Martelly se tiene que ir. Nosotros somos el gobierno”. En la plaza Saint-Pierre la policía y no pocos cascos azules de la Minustah atacaron a la multitud con gases, balas de goma y chorros de líquido irritante para la vista y la piel, pero los jóvenes no cedieron y comenzaron a levantar barricadas y a encender neumáticos en los cortes de calle. Las bombas molotov, las piedras y otros objetos similares, eran la respuesta a la violencia de los uniformados que convirtieron en pocos minutos el clima irrespirable por los gases en un verdadero pandemónium. Coches incendiados, locales del partido oficialista destruidos y el boca a boca advirtiendo que “nadie abandone las calles, somos el poder popular”.

Cuando un grueso de los manifestantes invadieron con sus cantos y protestas el bastión “martellista” de Petion-Ville, los comerciantes cerraron sus puertas y algunos energúmenos ligados al partido de Martelly golpearon a un joven, que fue defendido rápidamente por otros, mientras la ira popular se desató en toda su magnitud contra vehículos y algunos establecimientos oficiales.

Fue en ese preciso momento, que una noticia recorrió cada una de las manifestaciones como un reguero de pólvora: “el gobierno ha decidido no realizar los comicios el 24 por razones de seguridad”. El estallido de alegría atronó en todo el territorio, y se redoblaron las consignas que exigen que Martelly abandone el cargo. “Mientras él no renuncie, nadie se irá a su casa”, gritó subido al techo de un vehículo uno de los luchadores haitianos. Y miles de brazos se levantaron haciendo la V de la victoria.

Así está el panorama por estas horas, a pesar del ninguneo y la tergiversación mediática, en una nación a la que América Latina y el Caribe le deben tanto. Entre otras cosas: los vientos libertarios de 1804 que iluminaron las luchas independentistas posteriores. Ahora, lo que hace falta, es que en cada uno de los países donde los malos gobiernos impulsaron invadir Haití con tropas latinoamericanas, se haga todo lo posible para que esa vergüenza concluya de una buena vez. Y que a cambio, las organizaciones populares del continente eleven su solidaridad concreta con quienes en las calles están peleando con todos los medios a su alcance por la definitiva independencia.

Ver vídeos sobre los últimos acontecimientos y la lucha del pueblo haitiano

https://youtu.be/F2iw8sNFpZc?list=PL8E0EE625818362FE

https://youtu.be/b0bbw5merzM?list=PL8E0EE625818362FE

https://youtu.be/F2iw8sNFpZc?list=PL8E0EE625818362FE
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Maravilloso: Telescopio espacial Hubble muestra las estrellas más brillantes ( Video)

Maravilloso: Telescopio espacial Hubble muestra las estrellas más brillantes ( Video): La Nasa publicó unas fotografías captadas esta semana por el telescopio espacial Hubble, en las que muestra uno de los mayores cúmulos de estrellas conocido como “Trumpler 14″. Cabe destacar que este cúmulo contiene alrededor de 2.000 estrellas y algunas de ellas son consideradas las más brillantes de toda la galaxia. Además, se encuentran localizadas…

domingo, 24 de enero de 2016

La apropiación privada de la riqueza común


Manuel Guerrero Boldó,
 

“Todo producto es un cebo con el que el individuo trata de atraerse lo esencial de otra persona: su dinero. Toda necesidad, real o potencial, es una debilidad que hará caer al pájaro en la trampa”
Karl MarxActualmente, nociones como privatización o mercantilización están cobrando un protagonismo renovado en el contexto de crisis sistémica en el que nos encontramos. Sectores como la educación, la sanidad, la vivienda y los servicios públicos, así como el ámbito militar y el gubernamental, con la frecuente práctica de la externalización o subcontratación de servicios, se ven sometidos a estas lógicas capitalistas.

El fenómeno no es nuevo, es una condición necesaria para la construcción y/o consolidación del poder de clase. Sin embargo, tal como señala David Harvey, “solemos reducir el problema de la acumulación por desposesión a la incapacidad para aplicar, poner en práctica y regular satisfactoriamente el comportamiento de los mercados” [1].

En los siglos que nos preceden, el hombre y la naturaleza pasaron a denominarse fuerza de trabajo y tierra respectivamente para ser acogidos en el mercado. Como apuntaba Karl Polanyi, el hombre ya podía comprarse y venderse universalmente a un precio llamado salario. Por su parte, el uso de la tierra comenzó a mercantilizarse con un precio llamado renta. Se creó la ficción de que la mano de obra y la tierra se producían para ser vendidas; todo ello iniciado por medios coercitivos y extralegales en un proceso enunciado por Marx como “acumulación originaria”. En éste se fundó el divorcio entre los medios de producción y los productores directos. Las tierras comunes se verían parceladas, cercadas (enclosure) y enajenadas en el mercado mediante el despojo a unos campesinos que se vieron obligados a abandonar la tierra (su medio de producción) y a vender su fuerza de trabajo por un salario en este nuevo mercado dedicado a la mano de obra.

En el siglo XIX, las clases medias eran portadoras de unos intereses comerciales que fundamentaron la incipiente economía de mercado. Dichos intereses coincidían con la necesidad y el deseo general de producción y creación de empleo; lo que hacía pensar en un círculo virtuoso de expansión de los negocios, generación de empleo para todos y rentas para los propietarios. Sin embargo, aspectos como la explotación en el trabajo, la contaminación y la deforestación, la destrucción de las costumbres, el deterioro de la calidad de vida, etc., no eran tenidos en cuenta más allá del cálculo de las ganancias. El liberalismo económico se comenzó a imponer como principio organizador de la sociedad desde la creencia casi mística en la merced global de aquéllas.

Mediante la acumulación por desposesión, los trabajadores y trabajadoras y su antiguo medio de producción, la tierra, serían explotados libremente por el capital. Estas formas de desposesión, que fueron cruciales para la creación del capital, no se detuvieron aquí, se han perfeccionado y han sido protagonistas hasta nuestros días.

Por citar algunos ejemplos: colonialismo, neocolonialismo basados en la apropiación de activos (en muchos casos, recursos naturales), el acaparamiento de tierras, la práctica de los desahucios o el programa político e intelectual inspirador del giro neoliberal de los años setenta del siglo XX que nos afecta hoy; expresado con gran lucidez por Lewis F. Powell en su “Memorándum confidencial: Ataque al sistema americano de libre empresa” para la Cámara de Comercio de EEUU. Rescatar algunas de sus líneas, puede resultar esclarecedor: “[…] Hay que reconocer honestamente que los hombres de empresa no han sido enseñados o equipados para conducir guerras de guerrillas contra quienes realizan propaganda contra el sistema y buscan insidiosa y constantemente sabotearlo. […] Pero no se debe posponer la acción política más directa, a la espera de que el cambio gradual en la opinión pública se efectúe a través de la educación y la información. El mundo empresarial debe aprender una lección aprendida hace mucho tiempo por los trabajadores y otros grupos de presión.

La lección es que el poder político es necesario; que ese poder debe ser cultivado con perseverancia, y que, cuando sea necesario, se debe usar con agresividad y determinación –sin vergüenza y sin la renuencia que ha sido tan característica del mundo empresarial estadounidense. […] No debería haber ninguna vacilación en atacar a los Naders, los Marcuses y otros que persiguen abiertamente la destrucción del sistema. No debería haber el menor titubeo para presionar con fuerza en todos los ámbitos políticos para que se apoye al sistema empresarial. Tampoco debería haber renuencia en sancionar políticamente a quienes se le oponen” [2].

No cabe duda de que, con la ventaja que nos da el paso de los años, este llamamiento a la lucha de clases, se podría llegar a calificar casi de profético. Actualmente, se ven amenazadas con la disminución o supresión, varias formas de propiedad común como la educación, el sistema público de pensiones o la sanidad.

Estos son algunos ejemplos de actualidad en los procesos de acumulación por desposesión que se promocionan desde el Estado gracias a su monopolio en la definición de la legalidad o el uso de la violencia. Llegado el caso, estos procedimientos pueden ser legitimados/respaldados, también, por instituciones supranacionales. El endeudamiento y el uso del sistema de crédito como otro contundente instrumento de acumulación por desposesión, se ha mostrado con toda su crudeza en la exigencia alemana de privatización parcial del puerto del Pireo y de los 14 aeropuertos regionales como condición al tercer rescate de Grecia.

No debemos olvidar una máxima defendida por Milton Friedman y la mayoría de los economistas neoclásicos: “a cada uno de acuerdo con lo que producen él y los instrumentos que posee”. El problema de esta afirmación reside en que, en el capitalismo, los poseedores de los medios de producción son, normalmente, distintos a quienes los manejan.
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Notas
[1] David HARVEY: Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo, IAEN, Madrid, 2014, p. 72.
[2] Véase la traducción al castellano del Memorándum de Lewis F. Powell en la siguiente dirección: http://rebelion.org/noticia.php?id=158701

Las desigualdades y las insuficientes propuestas para reducirlas




Vincenç Navarro, Público.es

El crecimiento desmesurado de las desigualdades que ha estado ocurriendo en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte ha generado una larga bibliografía académica sobre las causas de este crecimiento. Esta bibliografía, que era ya bastante extensa antes de la Gran Recesión, ha crecido incluso más durante las crisis financieras y económicas de los últimos años que han acentuado todavía más la extensión y la intensidad de tales desigualdades, creando una alarma entre los establishments políticos que gobiernan tales países, por la posible desestabilización política que dicho fenómeno pudiera crear, tal como está ocurriendo en España, uno de los países de la Unión Europea donde el crecimiento de las desigualdades ha sido mayor.

Según el último informe de Oxfam, el 1% más acaudalado de la población española concentra tanta riqueza como el 80% más pobre y, por si no fuera poco, veinte personas tienen la misma riqueza que el 30% más pobre de la población. Su patrimonio ha ido aumentando (lo hizo en un 15% el año 2015), mientras que el de la mayoría de la población española, el 99% restante, vio el valor de su patrimonio reducido (en un 14%) durante el mismo periodo. Los presidentes de las empresas del IBEX-35 cobran 158 veces más que el salario medio del país.



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