martes, 23 de febrero de 2021

Los diferentes tipos de olvido, y ejercicios para fortalecer la memoria.




De acuerdo con el Dr. Mauricio Fava, del Departamento de Psiquiatría de Massachusetts General Hospital, a cualquier edad podemos tener olvidos que no representan ninguna situación de riesgo para la salud, como sí lo es padecer Alzheimer.
Como lo publica voces.huffingtonpost.com, a nivel mundial sólo el 13 por ciento de la gente mayor de 65 años es diagnosticada con el mal de Alzheimer. Sin embargo, y para tener mayor conocimiento y control sobre nuestra memoria, el medio antes mencionado enlista los olvidos que con mayor frecuencia afectan a las personas.

Olvidos relacionados con la atención. Se presenta cuando debido al ritmo de vida que llevamos las personas son más propensas a distraerse con gran facilidad; lo que conlleva a que la información que recibimos no sea retenida correctamente, por lo que es fácil olvidarla o sólo recordar parte de ella.

La rutina, las multitareas y las interrupciones inesperadas en acciones que realizas automáticamente, son otros factores que inciden en la afectación de la atención. Este tipo de olvidos se resuelve eliminando las distracciones, reduciendo las multitareas y enfocando la atención en la información que necesitas retener.

Olvidos de tiempo. Los recordatorios relacionados con el tiempo afectan la retención y la calidad de ambas memorias: de corto y de largo plazo. Olvidar algo que guardaste poco tiempo y no has vuelto a recordar es parte del proceso natural de eliminar información almacenada que no necesitamos. Cuando no quieras olvidar algo, trae a tu memoria la información, de vez en cuando.

Olvidos de futuras acciones. Es olvidar llevar a cabo una acción planificada como ir a una cita o tomar un medicamento. Las notas y los calendarios te ayudan a evitar este tipo de olvido.

Olvidos temporales. Se refiere a olvidar información familiar como palabras, nombres, títulos de libros, de películas o de canciones. Pero esa información suele regresar en momentos posteriores, obvio, cuando ya no la necesitas. Esto ocurre cuando las conexiones entre objetos o personas y sus nombres se debilitan por falta de uso.

Memorias inexactas. Cuando no recordamos con exactitud hechos de tiempo, gente, lugares o eventos, es probable que se deba a que las memorias más recientes han intervenido con memorias originales, además los prejuicios personales, las creencias o las reacciones emocionales pueden darle a las memorias matices diferentes. Se dice que a veces recordamos lo que "queremos" y como lo "queremos" recordar. Pueden ser mecanismos de defensa para protegernos.

Sin embargo, el cerebro y la memoria pueden ser estimulados a tener un mejor funcionamiento, por medio de diversos ejercicios mentales y físicos.


Hacer ejercicio. Es muy recomendable realizar alguna actividad física, como caminar, trotar y hasta sacar a pasear a tu mascota, ya que ejercitando tu cuerpo oxigenas las células del cerebro.

Escucha música. Está comprobado que la música, en especial la clásica, mejora y mantiene las funciones cerebrales. La música estimula las células del cerebro y esto te beneficia para la concertación mental, la memoria y el desarrollo visual y auditivo.

Jugar Ajedrez. Este es un pasatiempo que requiere de gran concentración y agilidad mental para realizar movimientos estratégicos y así poder ganar, así que entre más lo juegues tu memoria estará en actividad y lista para recordar.

Jugar Sudoku. Representa un gran reto para las personas pues necesitas paciencia y buena memoria para recordar y relacionar los números, con el objetivo de hacer un juego perfecto. Sin duda tu memoria ganará agilidad al practicarlo.

Relájate. Cuando no puedas recordar dónde dejaste algún objeto, como las llaves del coche o tu cartera, lo peor que puedes hacer es estresarte, porque eso bloqueará automáticamente tu memoria. Lo que tienes que hacer es relajarte, cierra un momento los ojos, respira profundamente y exhala lentamente; ya tranquilo podrás reconstruir todo lo que hiciste 5 minutos antes y podrás recordar dónde colocaste ese objeto que buscas.

Utiliza tu imaginación. Cuando estés leyendo o estudiando, procura pensar con imágenes, ya que la imaginación y el pensamiento están unidos; esta técnica te permitirá recordar sucesos o episodios de un determinado tema.

Por a trabajar tu memoria. Comienza a memoriza cosas simples, como la lista de la compra o un teléfono. Trata de recordar qué comiste hoy, ayer, la semana pasada. Y luego, complica la actividad tratando de memorizar listas ordenadas o desordenadas de palabras, como refrigerador, auto, televisión.

Haz uso de lápiz y papel. Anota la información importante que quieras recordar y colócalos en lugares donde es seguro que los veas, porque los datos se retienen mucho mejor si se escriben y estás en constante contacto con ello.

Ponte retos. Aprender un nuevo idioma o a tocar un instrumento musical o cocinar, son actividades que hacen que nuestro cerebro deba estar atento y que se activen distintas áreas mentales.

Modifica tu rutina. Hacer siempre lo mismo de la misma manera, anula nuestra memoria. Intenta ir al trabajo tomando caminos distintos, cambia la ruta hacia el supermercado o altera el orden en que haces las cosas al levantarte.

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