Por FABIO HERRERA MINIÑO
Los norteamericanos, en su afán de controlar la región caribeña, les quedaba la República Dominicana por caer bajo sus botas, ya que Haití había sucumbido en 1915; Puerto Rico era su colonia desde principios de siglo después de la guerra hispanoamericana y Cuba, con la enmienda Platt y los españoles desalojados de todas sus colonias de ultramar en 1898, era un satélite de Estados Unidos, las demás islas estaban en manos de las potencias amigas de ellos. Era la forma de dominar y controlar la región caribeña para proteger el flamante canal de Panamá recién inaugurado, de manera que en mayo de 1916 las tropas norteamericanas desembarcaron en el país para someterlo a su control y fiscalización.
Con la estrategia norteamericana de ocupar al país, el escenario caribeño era favorable a Estados Unidos, y sus tropas desde mayo del 1916 fueron ocupando paulatinamente las poblaciones y enfrentando los focos de resistencia que en el Este se distinguieron por la fiereza de los enfrentamientos con los guerrilleros, que se conocieron despectivamente como gavilleros, manteniendo en jaque a los invasores hasta que en 1921 rindieron sus armas al ataque masivo de que fueron objeto. En el país se estrenó la aviación militar extranjera para bombardear los reductos guerrilleros en el Este donde estos contaban con la protección de la población; y los administradores de los ingenios azucareros, para que no les quemaran los campos de caña, le aportaban dinero y comida en medio de la danza de los millones que encaminó al país en una espléndida era de desarrollo.
Los norteamericanos implementaron un vasto plan de construcciones, de ordenamiento jurídico, territorial, tributario, educativo, de salud y formando una guardia nacional profesional para dejar atrás los tiempos de Desiderio Arias que los norteamericanos expulsaron del país, puesto que fue el detonante para que se produjera la ocupación.
El país progresaba con la ocupación norteamericana, la resistencia cívica se extendía por todos los pueblos y fueron muchas las detenciones en contra de los integrantes de los grupos de intelectuales que con sus publicaciones ofendían a los ocupantes que celosamente monitoreaban todo tipo de publicación, pero no pudieron impedir que los grupos Paladión, Plus Ultra y Postumista se enraizaran en los sentimientos de libertad y de conocimiento de la población. Los salones de fiestas se llenaban del sonido de la música norteamericana que se hizo del gusto de los dominicanos que disfrutaban también de las retretas que ofrecían las bandas militares del US Navy en los parques.
Los excelentes precios del azúcar y de los productos agrícolas dominicanos permitieron un auge generalizado del país hasta 1921, y en medio de la I Guerra Mundial que había finalizado en 1918. Pero en 1921 se derrumbaron los precios de los productos criollos, en especial del azúcar por entrada al mercado la procesada de la remolacha europea repuesta de la guerra. Para 1922 se estableció un gobierno provisional bajo la dirección de Juan Bautista Vicini bajo el plan de desocupación Hughes-Peynado hasta que en 1924 se celebraron elecciones generales resultando electo por una gran mayoría de votos el caudillo de siempre Horacio Vásquez que inició su gobierno llevando a cabo un extenso plan de construcciones, muchas iniciados por los norteamericanos en especial acueductos, escuelas y carreteras, de manera que para 1928 ya todas las poblaciones estaban comunicadas por carreteras y los puertos marítimos mejorados. Junto con todas esas obras se abrieron las puertas para la enfermedad endémica dominicana que es la corrupción estatal la cual se afianzó y hoy en día resulta imposible erradicar por más buenos deseos que tengan los incumbentes estatales del momento.
Pese a que la nación prosperaba bajo la dirección de los gobernadores militares norteamericanos y más luego con el gobierno de Vásquez que logró extender su periodo de cuatro años a seis años hasta 1930, el país le abrió las puertas a un coronel del ejército, hechura de los norteamericanos ya que surgió de sus filas donde se inició como militar, Rafael Trujillo, este dio señales de sus objetivos y planes de dominio político con poco margen de disidencia y democracia.
El 21 de enero de 1929 se firmó el tratado de límites fronterizos con Haití por los dos presidentes, Horacio Vásquez y Louis Bornó, en donde ya se consignaba la renuncia dominicana a su posesión de cuatro mil kilómetros cuadrados apropiados por los haitianos desde 1809 los cuales habían acordado una compensación económica por ese territorio que Lilís supo aprovechar clandestinamente.
TOMADO PERIÓDICO HOY