domingo, 5 de julio de 2020

Política y el nacimiento de Jesús

Rafael Peralta Romero

Por El Nacional 21/12/2013

En el año 752 de la fundación de Roma, cuando pasaban catorce del reinado del emperador Augusto, con el territorio de su país ocupado por el imperio romano, nació Jesús, en la aldea de Belén, de la región de Judá.
Los Evangelios, no obstante haber sido escritos a partir de una visión teológica, justificada, recogen algunos detalles que apuntan hacia el ambiente político y social dominante en el momento.
Lucas señala que el censo ordenado por el emperador César Augusto obligó a José y a su esposa María, residentes en la región de Galilea, a trasladarse al otro lado, Judea, para ser empadronados en Belén, el lugar de origen del esposo, que era de la familia del rey David.
El referido censo está muy documentado en la historia y se tiene sabido que lo dirigió un tal Cirino, delegado del imperio romano en Siria, y que provocó mucho rechazo entre los judíos porque entre sus fines estaba sacarle más recursos a través de los impuestos. Un judío de nombre Judas Galileo promovió una rebelión contra el censo.
Estos hechos han servido a los evangelistas para precisar el momento en que llega Jesús al mundo y señalan hacia las condiciones sociales, políticas y económicas en que se produce su nacimiento.
La Biblia incluye unos relatos titulados I Macabeos y II Macabeos que registran interesantísimas páginas de historia política. El primero inicia con el reinado de Alejandro Magno, la división de su reino y la aparición de Matatías y sus hijos para combatir por la liberación de Israel.
En 142 a. C., Simón Macabeo, el último hijo de Matatías, ascendió al poder. Ese mismo año, Demetrio II, rey de Siria, garantizó a los judíos la independencia política completa, y Simón, sumo sacerdote y comandante de los ejércitos judíos, fundó la dinastía Asmonea.
La autonomía judía se mantuvo hasta el 63 a. C., cuando el general romano Pompeyo capturó Jerusalén y sometió todo el reino al dominio de Roma. La dinastía Asmonea se mantuvo hasta el 37 a. C., cuando el idumeo Herodes el Grande se convirtió de facto en rey de Jerusalén.
Este hombre, al parecer nacido para el mal, no podía ser bien querido por los judíos, porque era un extraño, y además representaba al invasor. Su paso hacia el poder fue producto de la tradición a los macabeos, y su consolidación la fundamentó en el crimen.
No tuvo escrúpulo ni miramiento si de sus intereses se trataba. Miles de judíos fueron asesinados por orden de este individuo, incluyendo hermanos suyos, dos hijos, una de sus esposas y un cuñado.
El crimen iba acompañado de la represión, espionaje, y sobre todo de la extorsión al pueblo a través de los impuestos. Sin dejar de lado las expropiaciones de bienes y la persecución a las familias adineradas.
Herodes estaba poseído del delirio de grandeza, ambicioso de riquezas y de poder, sólo veía límites ante el emperador romano, a quien mostraba sumisión. Pero pretendía extender su dominio a toda el Asia y llegó a proponerse como el mesías que esperaban los judíos.
Al nacer Jesús, los judíos esperaban un salvador, un liberador, que obviamente habría de tener la decisión de quitarle de encima a Herodes y la dominación. Es decir, el mesías había de asumir compromisos políticos.
Herodes murió en el año nueve de la era Cristiana, el reino fue dividido entre algunos de sus hijos. El imperio romano seguía dominando Israel, el pueblo seguía pagando muchos impuestos y pagando con su vida la protesta.
Cuatro organizaciones político-religiosas incidían en el ambiente, diferentes en sus respectivas líneas de pensamiento y de acción. Estos grupos eran: celotes, esenios, fariseos y saduceos.
Joseph Klausner, historiador nacido en Rusia, especialista en estudios semíticos, en su libro “Jesús de Nazaret, su vida, su época, sus enseñanzas”, detalla las características y las doctrinas de estos partidos.
Dice que los celotes eran jóvenes entusiastas, incapaces de soportar el yugo del “reino de Edom”. Eran extremistas y activos. Tenían mucho en común con los fariseos, pero los superaban en su celo por la libertad.
Eran buenos guerreros, aunque no podían combatir con el imperio.



LOS TIEMPOS DEL NACIMIENTO DE JESÚS: EL SURGIMIENTO DEL IMPERIO ROMANO, HERODES Y LA POLÍTICA MUNDIAL
Publicado por Edwin Carcaño  Guerra
diciembre 15, 2018 

Los juegos de poder o de política son los que crean las circunstancias sociales en las que los individuos viven. Hay estadistas, los cuales tomando decisiones de largo plazo, fortalecen a las instituciones y crean un legado. También hay oportunistas que se adaptan al momento y se mueven con la marea dejando poca trascendencia. En los tiempos del nacimiento de Jesucristo existía un orden mundial que era el producto de choques de intereses personales. El comercio y la cultura se movían con delicadas redes tejidas desde lo más alto del poder.

Un ciclo histórico abarca un espacio de tiempo que va desde los 80 hasta los 120 años. Durante este ciclo las instituciones nacen, maduran, entran decadencia y al final colapsan. Cada ciclo histórico se divide en 4 etapas las cuales tienen características diferentes. Durante un Surgimiento las Instituciones se crean. En un Despertar las instituciones alcanzan su máximo poder. Después entran en Decadencia y empiezan a dejar de funcionar tan bien como lo hacían al principio. Al final llega la Crisis en la cual estas Instituciones colapsan y reina el caos.

El niño Jesús nació alrededor del año 4 antes de Cristo y murió alrededor del año 35 después de Cristo. En el Calendario Gregoriano no existe el año “0”. Se pasa directo del año 1 antes de Cristo al año 1 después de Cristo. Su nacimiento ocurrió en Belén, Judá. Jesús y sus padres (San José y La Virgen María) eran judíos de Galilea. Jesucristo es el hombre más influyente de la historia de la humanidad. Sus seguidores a través de los siglos (incluso antes de su nacimiento ya que muchos lo esperaban como El Mesías) se cuentan en miles de millones.

En el año 1 El Imperio Romano viva sus primeros años y atravesaba por la etapa del ciclo social que se conoce como Surgimiento. Octavio Augusto fue el primer Emperador Romano. Su puesto como “Imperator” era producto de una larga Guerra Civil entre varias facciones de la Republica Romana. Su política imperial era la de pacificar todas las regiones romanas. Contaba con 28 legiones que protegían las fronteras de los enemigos de Roma. Bajo el liderazgo de Octavio el Imperio volvió a tener estabilidad y crecimiento.

Sin embargo esa paz de la que gozaban Roma no había sido así siempre. Cuando Julio Cesar cruzó el río Rubicon (10 de enero de 49 AC) esto significó el principio del fin de la ya menguante Republica Romana. Fueron tiempos difíciles ya que la autoridad no estaba clara y tanto Pompeyo como Cesar se proclamaban como las autoridades de Roma. Después del asesinato de Cesar (año 44 AC) estalló una nueva guerra entre sus seguidores y los conspiradores. La Crisis alcanzó a La Republica Romana y sus instituciones colapsaron.

Marco Antonio y Octavio finalmente entablaron una guerra entre ellos (La razón era que Octavio había sido señalado como el heredero universal de Julio Cesar). Marco Antonio y su aliada Cleopatra fueron derrotados y eso le permitió a Augusto proclamarse Emperador de Roma. Una vez firme en el poder el Imperator comenzó a solidificar la presencia del Imperio en el Medio Oriente. Una de las provincias más importantes de esa región era Judea. Ahí gobernaba el Rey Herodes el Grande. La importancia de esa zona radicaba en el comercio.

Herodes “El Grande” le debía su trono al Senado Romano. Sin embargo varias veces le toco jugar del lado de los perdedores. Durante la guerra entre Marco Antonio y Octavio Augusto el rey Herodes apoyó la cusa de Marco Antonio. Cuando Octavio se proclamó vencedor tuvo que hacer una extensa campaña de relaciones publicas para reconciliarse con el nuevo Emperador Romano. Herodes tenia miedo de perder el trono y su política personal era hacer lo que fuera necesario (Incluso matar) para retenerlo.

Cuando los Tres Reyes Magos buscaban a Jesús para adorarlo se presentaron ante Herodes. El Rey de Judá de nuevo tuvo miedo de perder el trono y empezó a buscar al niño al que le llamaban el Rey de los Judíos. Al no poder encontrarlo ordenó matar a todos los niños que tuvieran 2 años o menos en Belén y sus alrededores. Para ese entonces La Sagrada Familia ya se encontraba a salvo en Egipto. Se dice que el no ser judío lo hacia sentir frágil en el trono. Para lograr más legitimidad construyó grandes obras de infraestructura.

En el año 1 después de Cristo la Dinastía Han reinaba en China. Es considerada una de las épocas doradas de la cultura China. Esta duró 400 años desde el 206 AC hasta el 220 de nuestra era. En America la cultura maya colapsaba y sus grandes ciudades eran abandonadas por causas desconocidas (Fin del preclásico). Teotihuacan empezó a florecer en el centro de México. En África se establece el Reino de Aksum el cual era una importante pieza en el comercio que había entre las Indias y el Imperio Romano.

El mundo del año 1 de nuestra era marca el inicio del movimiento más grande de la historia de la humanidad: El Cristianismo. Todo comenzó en Belén cuando en un establo María (Hija de San Joaquín y Santa Ana) dio la luz al hijo de Dios. A partir de ahí se convierte en el eje de la vida de miles de millones de Cristianos alrededor del mundo. Todos los 25 de diciembre las familias celebran el cumpleaños del Salvador, del Rey de Reyes que dio su vida y resucitó por nosotros. ¡Feliz Navidad!

Edwin Carcaño  Guerra
Por más de 16 años se ha dedicado a investigar a las generaciones que actualmente conviven en el mercado latinoamericano. También ha realizado análisis acerca de los ciclos históricos y sociales de México.

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