domingo, 27 de mayo de 2018

Alzheimer: cómo recuperé a mi madre sin fármacos














































domingo, 7 de enero de 2018

La Generala Manuela Saénz


La Generala Manuela Saénz: Libertadora del Libertador
Por: Marta Rojas

manuela saénz
A la Libertadora del Libertador; “la más bella quiteña”; “la amante inmortal”; “amable loca”, como cariñosamente llamó Bolívar una vez a Manuelita Sáenz o simplemente a Manuela, como ella firmaba sus cartas y sus proclamas a favor de Bolívar. Hay que honrarla porque en aquella época de insondable ignorancia para la mujer en la sociedad colonial, Manuelita leía a Plutarco, escribía bien, bordaba como pocas artesanas. Sus artes las aprendió en un convento donde realizó su educación y fue la más insólita combatiente contra el colonialismo español en nuestro continente. Inteligencia y valentía hacían un haz en su personalidad.

En Quito; el 24 de mayo del 2007 se celebró el aniversario de la Batalla de Pichincha de una manera especial: el desfile anual fue sustituido por un acto conmemorativo en el que el presidente Rafael Correa, por decreto, promovió a Manuelita Sáez al grado honorífico de Generala. La Ministra de Defensa, Lorena Escudero, declaró: “¡A partir de hoy, Manuela Sáenz constituirá un ícono de servicio a la Patria y al prójimo”—Esa noticia recorrió el mundo, y ahora en ocasión de celebrarse la Fiesta Nacional del Ecuador (10 de agosto 1809-2013) el icono que representa la, quizás, más importante mujer en la historia de la independencia Hispanoamericana, Manuelita se hace presente.
Manuelita Sáenz es un personaje sin semejanza alguna en la historia de la Patria Americana; una mujer que en los albores del siglo XIX vestía uniforme de húsar, ostentó los grados hasta Coronel del Ejército Libertador de Simón Bolívar, acompañó al Libertador en campaña por los Andes como un soldado más, y participó en decisiones políticas, aunque su vocación en el Estado fue siempre la de salvaguardar la vida del Presidente-Libertador de la Gran Colombia. Por si fuesen pocos sus méritos, Manuela combatió en la batalla de Ayacucho.
Aunque bastarda –quedó dicho–, de español y quiteña, había sido una mujer rica, pero murió en cruel destierro en Paita, Perú (ordenado por el entonces gobierno de Bogotá) en la más espantosa miseria, igual que muriera el Libertador en Santa Marta, 26 años antes de que pereciera ella al desatarse en Paita una epidemia de difteria. Entonces estaba baldada poco antes la visitó Garibaldi. La memoria de Manuelita la conservan en su historia, de forma muy destacada, el Ecuador, Venezuela y Colombia.

En la convocatoria al Premio Internacional Simón Bolívar, que auspició la UNESCO y el gobierno de Venezuela hace unos años, se relacionan importantes fragmentos de la vida del Libertador y de los personajes más vinculados a él. Aunque no se relacionan todos los méritos de Manuelita, ella aparece en un tema referente a la mujer, el cual dice: “Bolívar no reconoce el valor de la mujer con declaraciones teóricas: él reconoce su valor amándola, pero al amarla no sólo la hace partícipe de su intimidad, sino que le da oportunidad de luchar por la independencia. Tal es el caso, por ejemplo, de la ecuatoriana Manuela Sáenz, quien deja todo por seguir a Bolívar, pero una vez a su lado controla, orienta, supervigila la lucha por la libertad”.
No hay duda que ocurrió así. Sin embargo, cuando conoció a Simón Bolívar, Manuela Sáenz ya ostentaba la Orden de Caballeresa del Sol –el más alto título otorgado por el General San Martín, como reconocimiento a los servicios prestados por Manuelita a la causa de la libertad. El mismo José de San Martín había prendido el Sol de Oro y piedras preciosas en el pecho de Manuela, joven quiteña de poco más de 20 años, cuando el prócer sudamericano llegó a Lima donde vivía Manuelita como la señora del doctor Jaime Thorne, un médico inglés con quien su padre la había desposado –ella era hija natural de un acaudalado español y una mujer quiteña–, a la usanza de la sociedad simuladora de virtudes pudorosas.

Pero Manuela, quien amaba todas las formas de la libertad, deshizo en una noche aquel vínculo formal para entregarse en alma y vida al hombre que acababa de conocer: Simón Bolívar.
En Quito, el día de la entrada triunfal del Libertador, ella le lanzó una corona de laurel desde el balcón donde se encontraban las criollas patrióticas; la corona fue a dar al rostro de Bolívar, quien un tanto airado volvió la vista a los balcones y descubrió a Manuelita. Dicen que él dijo después que ojala todos sus soldados tuvieran la misma puntería que aquella mujer. Esa misma noche la identificó en el baile de la victoria. Desde entonces se amaron: “Hasta padecer el dolor de la soledad, de las ingratitudes y de la persecución, sobre todo después de la muerte de Bolívar”, ha escrito uno de los más documentados biógrafos de Manuela Sáenz, el ecuatoriano Alfonso Rumazo González, autor de la obra “Manuela, La Libertadora del Libertador”.
Manuela Sáenz había salvado a Bolívar de perecer en varios atentados. Quizá cuando el Libertador de América estuvo más cerca de la muerte a manos de sus enemigos políticos fue la noche del 25 de septiembre de 1828, conocida como “la noche trágica”. Habría sido asesinado de no haberlo despertado Manuelita, de un profundo sueño, cuando los finos oídos de la quiteña escucharon los ladridos de los perros del Libertador y un ruido extraño en la casa. Simón Bolívar se levantó sorprendido al llamado insistente de Manuelita, tomó su sable y su pistola y fue a abrir la puerta para hacerle frente al peligro, pero ella lo hizo saltar por la ventana y sólo abrió la puerta cuando comprobó que se había alejado de la residencia. Los complotados la humillaron y maltrataron, pero no le importó, Bolívar se había salvado. Cuando él regresó a la quinta, le dijo a Manuela, delante de sus ayudantes: “¡Tú eres la Libertadora del Libertador!”. Ningún título más alto que ése.
Dos años más tarde, el 8 de mayo de 1830, se habrían de despedir para siempre, sin saberlo. Él abandonaba Bogotá, pensando en una última oportunidad para salvar su obra, pero muy abatido por la enfermedad que lo consumía y los juicios nefastos contra su persona. La Gran Colombia se despedazaba. Ella seguiría al cuidado de los documentos confidenciales del Libertados y sobre todo vigilante de sus adversarios. Pensaban reencontrarse, quizá en Quito que tanto les agradaba a los dos. Pero siete meses después el Libertador había muerto.
Comenzaba el calvario de la bella quiteña, Manuela Sáenz, hasta su muerte en Paita.
La historia de esta extraordinaria mujer que Guayasamín plasmó en un mural, colocándola entre los grandes del Ecuador ha sido exaltada con justeza, pero también a lo largo de más de un siglo negada o reducida en su rango histórico, cuando no vilipendiada. De Manuela Sáenz se han escrito numerosas páginas destacándose las de sus biógrafos Rumazo y Víctor Von Hagen.
La mejor respuesta a todas las ignominias podrían ser las propias palabras escritas por la quiteña Manuela Sáenz:
“Yo amé al Libertador; muerto lo venero. Pueden disponer alevosamente de mi existencia, menos hacerme retroceder una línea en el respeto, amistad y gratitud al general Bolívar”.

(…) ¡Oh sol, oh padre! Y a veces, /el mar se quedaba ensimismado porque Manuela, vistiendo con /gran gala/ su uniforme de Coronel de Ayacucho congregaba / con suave autoridad a los niños indios, negros y mulatos de / Paita/ y acompañada a la quena por un ciego cantaba en voz de plata / un grave himno, el que escribiera un viejo amigo suyo,(1) / un hombre como ella infortunado, golpeado, despreciado, /quien sin embargo /sacaba de su pecho y retumbaba más que Píndaro un discurso / para cantar las Armas y las Letras de los siglos dichosos” (Poema de Gastón Baquero a Manuelita Sáenz)
(1) Simón Rodríguez, maestro de Bolivar.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Apropósito de despedida y llegada de un nuevo año


DOMINGON



propósito de las festividades de despedida y llegada de un nuevo año, nos vamos a remitir al calendario gregoriano, como una forma de dividir el tiempo. El que está terminando ha sido un año de crisis, una crisis de valores, una crisis global en el ámbito económico, financiero, social, político y cultural. La crisis crea condiciones favorables para encauzar el camino hacia el porvenir. El cambio es necesario, imprescindible para mitigar el advenimiento de posibles catástrofes climáticas, crisis alimentarias y el derrumbe de muchos paradigmas que han sido soporte culturales, ideológicos, políticos y religiosos de la civilización humana desde tiempo muy remoto que afectarán severamente a todo ser vivo sobre la Tierra.




Se hace necesario e impostergable que nuestra generación, a partir de este nuevo año 2018, asumamos el compromiso con nuestra madre naturaleza y el medio ambiente para hacer de este mundo un planeta vivible. Todo hombre, toda mujer con responsabilidad de humanidad debe asumir con fuerza y determinación necesaria esta lucha por hacer valer nuestros derechos y los de la Madre Tierra, para poder defendernos y defenderla de quienes por pura ambición y sed de poder no le importa un bledo la extinción de las especies del planeta.



En este nuevo año 2018, asumamos como practica de vida actuar con amor. El amor representa la bondad, la solidaridad, sentido de humanidad. En este nuevo año, sería grandioso y productivo poder actuar con amor desde una perspectiva integral y holística en todos los órdenes de nuestra vida. Lograr y sentir amor por cada cosa que hagamos, por cada ser vivo con el que nos relacionemos.


Fuerza, sabiduría y amor, son nuestros deseos para que cada uno dentro de sí, comience a gestar un mundo mejor.

Con sentimiento, afecto y cariño para todos.

Domingo A. Núñez Polanco



viernes, 29 de diciembre de 2017

Por Fin Navidad – El Villancico de los Adipocitos

Si hay unas células del cuerpo humano que se alegran de la llegada de las fiestas navideñas éstas son, sin duda alguna, los adipocitos. Ellos son los encargados de almacenar el exceso de grasas en el cuerpo y, cuando esto ocurre, aumentan su volumen de una forma considerable. Tal incremento es lo que hace que nosotros acabemos el año con unos kilos de más.
Pero además, los hidratos de carbono que no se queman con el ejercicio también acaban, da algún modo, en los adipocitos. De este modo, cuando comemos dulces en exceso las células del hígado y, en menor medida, del tejido adiposo los transforman en lípidos que se almacenan precisamente en los adipocitos. Por eso tanto el exceso de dulces como de grasas nos hace engordar.
Así que en Navidad parece que estas células tienen sus días de gloria. Y por ello, he hecho este amable villancico en el que las células de este tejido nos cuentan lo felices que se ponen durante estas fechas. Además, desde el canal Julinkyvideos aprovecho para desearos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo a todo el equipo y seguidores de MasScience.
¡Felices Fiestas!

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Cerrando la Noche. Domingo Nunez, Subdirector INESPRE/ 20.8.2014





Cerrando la Noche,.Entrevista al licenciado Domingo Nunez Polanco, Su bdirector del Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE) y Presidente del Frente Progresista Profesor Juan Bosch.

Cerrando la Noche se transmite de lunes a viernes de
10:00 a 11:00 de la noche por Carivision canales 26 de Tricom y 67 de Aster, bajo la conducción de Yovanny Almonte y Yunior Espinosa.

En el espacio se analizan los temas de mas palpitante actualidad, y los televidentes se enteran de los ocurrido en el dia, antes de ir a la cama. Siguenos en @notiyovanny y en la Web. www.carivision.com.do



Manuel Bernal.- El Brindis del Bohemio (Un Saludo de Navidad)

sábado, 23 de diciembre de 2017

!Feliz Navidad y Feliz Año 2018!


Ya han llegado estas maravillosas fiestas!Os deseo unas Navidades maravillosas y un año 2018 cargado de nuevos retos, buenas sorpresas, grandes momentos, muchas risas y buena compañía.




La Navidad es época de buenos deseos, regalos, nuevas ilusiones y reencuentros. Padres e hijos, nietos y abuelos, hermanos, primos… familiares que no se han visto durante meses vuelven a reencontrarse. También amigos que creíamos olvidados y con los que nos reunimos de nuevo después de mucho tiempo transcurrido. Y hay otros amigos y familiares con los que no podemos encontrarnos físicamente, pero de los que nos acordamos y que nos recuerdan, mediante felicitaciones navideñas, llamadas de teléfono, Whatsapp o utilizando las redes sociales.


De corazón, Mis mejores deseos para todos mi amigos que siguen mis publicaciones.
A todos ellos queremos dedicarles los mejores deseos y expresarles nuestros sentimientos. Les mando un fuerte y fraternal abrazo.

!!!Feliz Navidad y Feliz Año 2018!!
Muchos besos y abrazos!!!!
Domingo Antonio Nuñez Polanco

viernes, 22 de diciembre de 2017

LUCIA AMELIA CABRAL: CORAZÓN MAROMERO Y TRAVIESO VERBO

Para enfocar la imaginativa cuentística de Lucia Amelia Cabral, hace falta tener un corazón maromero con sentimientos multicolores.


Digo tales cosas porque la interacción de sus humanos personajes con animales y objetos es tratada parecidamente. La imaginación da vida a la materia inanimada.

Una escobita, una piedra azul, un pan de agua, una ballena, una silla de guano, una sirena montuna… variados y distintos son igualmente, personajes salidos de sus cuentos.  La gracia de la autora reside en la espontaneidad con que maneja cualquier fenómeno. Como si lo contara usando la ternura firme de una aromática canela.

Cuenta cosas como una convencida de su creencia y con tal envoltura atrae al lector prisionero inmediato de su contar. Es una naturalidad cargada de metáforas y poesías en sus mejores oraciones.  

Para apreciar los valores artísticos de su producción leímos tres cuentos magníficos: Gabino, el caballo trotador que entre aventuras llego al asombro del mar, Carolina y La Sirena del Monte.

El mar es un espectáculo recurrente entre los descubrimientos y amores de varios otros personajes de Lucia Amelia Cabral; La Sirena del Monte, y el Juan en Carolina también son hechizados por la inmensidad de agua salada.

Deduzco yo que la fascinación del horizonte de marinos colores, la ondulación espumante del oleaje, son fuertes atractivos para lo propia escritora como si no escapara de su nación isleña bastando tres costados para soñar con sal, caracoles y arena.

En la adaptación del cuento Carolina, original de Ignacio Colom, Lucía Amelia Cabral  describe a Juan el pescador diciendo que…
          
“Goza su oficio rodeado de mar. Día tras día, sus ojos navegaban el agua salada y profunda para en cada mirada regalarle al mar su alma amiga”.

La Sirena del Monte es un cuento  original de Lucia Amelia.  Es un relato exquisito y perfecto en su forma. No sobra una palabra porque todas se atan como engarces de una prosa sugerentemente poética.
          
“Feliz él, se acercó amistoso y con su música de olas rompió la espera. Arremolinando a los pies distintos de ella, tantas respuestas de espuma blanca”.

Un cuento que posee el misterio de la acción junto al misterio del lenguaje. Vemos como nos da pautas: “a los pies distintos de ella”,  sin revelar el final. Intriga, obliga a esperar cuatro oraciones más antes de develar la presencia de una ciguapa que ya no será más sirena del monte. Bellísimo cierre del cuento.

Un curioso artificio creativo “El Bellaco Juan” es todo un personaje, no es marinero ni un mito, es un tostado pan de agua. 

De sus últimos cuentos citamos:

A.    Monte él, a ella pertenecía (La Sirena del Monte)

B.     …Y su larga melena que la vestía (La Sirena del Monte)

C.     En eso un celaje azul plomo le puso maromero el corazón, sentir muy fuerte la magia del amor (Coralina).

D.    Ella que su sed calmaba.

E.     Únicamente si sabes de ti mismo apreciar, podrás el aprecio de los demás, recibir. (El Bellaco de Juan).

F.     Eran unas muñequitas encantadoras, el encanto de su encanto algo de mágico tenía (Leandra y Andrea).

El estilo en el quehacer literario, es tal vez la cualidad estética más importante del oficio. Cualquier relato vulgar (en su buen sentido), puede tornarse en escritura artística con la aplicación de un lenguaje cargado de originalidad  y buen gusto.

La repetición puede caer en el vicio de la cacofonía. Sin embargo, Lucia Amelia hace buen uso de ella, utilizando con gracia la anáfora, esa repetición de una o varias palabras al comienzo de una serie de oraciones, buscando un ritmo algo clásico. Ejemplo: De La Lección de la Silla de Guano al Presumido Burrito:

A.    “No eres  menos. No soy más. Ni más ni menos, igual necesitamos cuatro patas para estar en pie. Ambos igual nos visten de guano. Ambos igual. Igual se acomodan en nosotros”.

B.     “Trota, trota, trotador que cabalgando caminos conocerás lo mejor. (Gabino, el andarín potrico).

Otro recurso que enriquece la prosa de Lucia Amelia es su fantasía al mezclar lo concreto con lo abstracto en muchos momentos de su escritura y pongo los ejemplos a la mano:

a.     “¡Como confundir sus diez y ocho metros de verdad y desvelos!

(De Coralina, refiriéndose a la ballena madre).

C.     Al  compás del convite de las aves de la foresta que sembraban de trinos y vuelos cada espacio de su mundo  magnifico.

D.    “Entonces lo oyó. Entonces lo olió.  Entonces con aire entrecortado. Comprendió que había llegado. Él clavó sus ojos sorprendidos. Ante él detuvo sus prisas y temores”.      

(Es la impersonificación de la ciguapa frente al asombro del mar).

Su producción está avalada por una creatividad nata y el mensaje del lenguaje con gracia personalidad. La obra de Lucia Amelia no es muy extensa pues su dedicación al trabajo de impresión y diseño, colman diariamente su tiempo laborable disponible. Trabajo, que dicho sea de paso, solo ella con su singularidad agrega a cada encargo gracia y distinción, asegurándose que no habrá en el mercado de impresos nada que lo iguale. A nuestro pesar, la literatura infantil y juvenil, la literatura en general, pierde esa creatividad que nos roba la editora.

Para resumir las cualidades de Lucia Amelia Cabral bastaría oírla leer un texto con las modulaciones de su voz articulada, con melodiosidad y encanto porque en esas cualidades residen al unísono la calidad de su escritura. En ambas actividades sobresale la femineidad evidente y auténtica volcada hacia la juventud y la niñez.

Una cosa retrata la otra para que ambas se fundan en la Lucía Amelia que apreciamos y admiramos en esta ocasión.

Aida Bonnelly de Díaz

La Romana

Sábado 26 de octubre de 1996.

martes, 12 de diciembre de 2017

Para memorizar mejor: lee en voz alta

Un reciente estudio de la Universidad de Waterloo asegura que de esta manera ayudamos a que las palabras se queden grabadas mejor en nuestra memoria a largo plazo.



¿Y tú cómo estudias? ¿En silencio o en voz alta? Si eres de estos últimos y nunca has entendido por qué necesitas leer así para poder aprender mejor la lección, existe una razón. Al menos, una investigación de la Universidad de Waterloo indica que quienes leen en voz alta ayudan a que su cerebro asimile mejor la información que está estudiando.

Conocido como “efecto de producción”, la investigación indica que la doble acción de hablar y escucharse al mismo tiempo tiene un impacto más que beneficioso sobre nuestra memoria: “Cuando añadimos un elemento activo o de producción a nuestras palabras, estas palabras se diferencian mejor dentro de nuestra memoria a largo plazo, y por lo tanto, podemos recordarlas mucho mejor”, apunta Noah Forrin, coautor del estudio.

La investigación se centró en 4 métodos de aprendizaje de textos escritos, los cuales incluían: leer en silencio, escuchar a alguien leer, escuchar una grabación propia leyendo y leer en voz alta. Se hicieron pruebas con 95 personas y fue esta última prueba la que mostró mejores resultados a la hora de recordar lo leído (al menos un 77% de los estudiantes conseguían recordar lo aprendido de esta forma mejor que con los otros métodos). Este estudio demuestra, por lo tanto, que el ejercicio diario y el movimiento es una forma de construir una memoria fuerte.

Este trabajo complementa otros realizados por este mismo equipo en el que valoraron otro tipo de actividades para ayudar a retener información en la memoria como, por ejemplo, escribir a mano o a máquina palabras o textos. 


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Diez razones para iluminar tu vida con motivación

candido amanecer Municipio Sabana la Mar RD


Antiguamente se usaba el candil para alumbrar los hogares. Sin su luz resultaba casi imposible la permanencia a ciertas horas. No tener un candil era sinónimo de acariciar a Morfeo tempranamente.



La luz ha sido razón de admiración, respeto y búsqueda por los siglos. Ha sido fuente de canciones, obras y hasta poemas. Ha sido inspiración para científicos, escritores y hasta políticos.

Pero, ¿qué se dice sobre el aceite que mantiene vivo el resplandor del candil?

Toda fuente de luminosidad requiere de un impulso, de una potencia, de un combustible, de un motivo que active su funcionamiento. Sin la motivaciónadecuada y suficiente, ningún mecanismo trabaja, no hay cosa o persona que no actúe sin el empuje de un motivo.

Todos le cantan al brillo, es decir, a la consecuencia, pero pocos se ocupan del motivo, es decir, de la causa de que ese fulgor exista.

El aceite es la motivación, es la gasolina que enciende el esplendor y justifica la existencia del candil. Sin motivo resulta imposible avivar la luz de tu alma, de tu mente, de tus acciones. Estar motivado te permite mantener enardecida la llama que alumbra el camino para el logro de tus metas.

Estar motivado trae una serie de beneficios a tu existencia. Son múltiples las consecuencias positivas de la motivación. A continuación te explicamos diez de las más importantes razones para aplicar esta herramienta:


Primera razón: disipa. Sin importar nuestro nivel educativo o clase social, todos somos susceptibles a la falta de motivación. Para evitar convertir nuestras vidas en un conjunto de deseos incumplidos es necesario insuflar motivación en tu existencia y disipar cualquier rasgo de desesperanzador.

Segunda razón: deseo. La motivación parte de un deseo o motivo que es lo suficientemente fuerte para inducirnos a acometer las acciones que nos permitan alcanzar los objetivos. Entonces, si estás motivado, tienes un deseo definido. Si no estás motivado, no posees claridad de propósito. En otras palabras, la motivación es un indicador perfecto de la tenencia del requisito primigenio del éxito: el deseo.

Tercera razón: acción. Debemos encontrar un sentido, un propósito a cada día. Vivir motivado es dar el impulso que siempre necesitamos para romper el frío de los motores emocionales, espirituales y mentales, motores que a su vez precipitan la acción, el entusiasmo y la actitud positiva que desde nuestro interior debemos concebir y mantener durante toda la jornada, día tras día.

Cuarta razón: compromiso. La historia ha registrado fidedignamente a grandes hombres que marcaron nuestra sociedad con su perseverancia y fuerza de voluntad. Ellos tenían un ideal que cumplir, una teoría por asentar, un sueño que compartir. Pero, ¿cómo lo lograron? La respuesta es sencilla: la motivación implica un compromiso que se expresa a través de estas dos distinciones. Es decir, la perseverancia permite mantenernos en el camino y sobreponernos ante los obstáculos y la fuerza de voluntad es la capacidad de acometer acciones desde la energía decidida al logro de los objetivos.

Quinta Razón: enemigos. La presencia activa y fuerte de la motivación aleja a sus enemigos naturales. La culpabilidad, el pesimismo y el miedo son antagónicos no solo de la motivación, sino que limitan cualquier posibilidad de éxito, crecimiento o desarrollo. Por lo que si los primeros son sus enemigos, los segundos son unas robustas, influyentes y beneficiosas amistades.

Sexta razón: disciplina. Al estar consciente de que la motivación es un proceso mental, podemos disciplinar la mente para mantenerla activa y ensanchar esta variable del comportamiento humano. Son muchos los ejercicios que podemos hacer para incrementar el poder de automotivación. Está en ti aprovechar los regalos de la mentalidad.


Séptima razón: capacidades. La motivación saca lo mejor de nosotros. Las capacidades del ser humano son tan grandes y tan infinitas que no bastaría ni el cielo ni el mar para que un hombre escriba lo que es capaz de lograr.

Octava razón: motivar. Resulta especialmente importante el beneficio colateral de estar motivados. Quizá el efecto secundario más relevante lo reciben las personas que tenemos cerca, ellos son impregnados por nuestro ímpetu, es como si recibieran pequeñas descargas eléctricas con las que poco a poco son reactivados y energizados.

Novena razón: reciprocidad. Después de motivados, ellos también desarrollan la capacidad de dar energía a su entorno, y por compensación divina nosotros empezamos a recibir sus descargas de electricidad e incrementamos así nuestros niveles de motivación. En otras palabras, se empiezan a construir relaciones interpersonales virtuosas.

Décima razón: honestidad. No nos podemos engañar al pretender creer que estamos motivados. Eso sería un gran error, debemos fomentar la honestidad y evitar la tentación del autoengaño. Sabremos si estamos motivados, si somos capaces de accionar de forma eficiente, si observamos cambios en la mentalidad, si palpamos un desplazamiento en las emociones, inclusive si obtenemos verdaderos resultados.

Siempre debemos vivir motivados, elevar nuestros pensamientos por encima de este mundo y desde una torre alta llamada motivo, desde el pináculo de la montaña de la motivación, observar con una nueva mentalidad, sentir con una nueva emoción. No es sólo la visualización, preparación y planificación del mañana, sino las tácticas, situaciones y acciones del presente.

El aceite para nuestro candil es el que mantiene la llama viva y ardiendo y trae calor para continuar moviéndonos en el mundo, para servirte a ti y a los demás con una entrega diferente, sincera y, aunque hayamos fracasado en algo, la llama continúa ardiendo en nuestro interior no se apaga, aunque el mundo esté envuelto en las más terribles crisis. La llama de la motivación mantiene nuestro impulso al crecimiento continuo.

“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”. Aristóteles.

Jaime Mora