lunes, 4 de enero de 2016

LA HISTORIA DE UN ENCIERRO: 30 AÑOS DE OSCURIDAD


La historia de un encierro: 30 años de oscuridad











Sinopsis oficial
Tras el final de la Guerra Civil, Manuel Cortés,
antiguo alcalde de la localidad malagueña de Mijas, no tuvo ocasión de escapar
de España. Tras un largo y peligroso camino de regreso a casa, consiguió llegar
de noche a su hogar sin ser descubierto. Su mujer, Juliana, le advirtió de los
numerosos fusilamientos que se estaban llevando a cabo en el pueblo. Ambos
decidieron abrir un pequeño hueco en la pared donde Manuel podría esconderse.
Manuel Cortés nunca pudo imaginar que aquel pequeño espacio tras la pared se
convertiría en su cárcel particular durante 30 años.
Esta es la historia de los llamados “topos de la
posguerra”, que tuvieron que sacrificar una vida entera para huir de la
represión.




En los años de la
guerra civil española, personas de ambos bandos se ocultaron en los escondrijos
más inverosímiles, para evitar represalias del enemigo, que podían suponer la
pérdida de la propia vida. Este documental dramatizado sigue las andanzas de
varios de estos llamados “topos”, sobre todo, como es lógico, las de los
vencidos; y entre ellos, de modo primordial, las de Manuel Cortés, alcalde de
Mijas, que vivió emparedado durante los 30 años de oscuridad a que alude el
título, ante la desolación de su esposa y de su hija.
El trabajo de Manuel H. Martín tiene
un innegable interés, porque nos acerca a un insólito drama, fruto envenenado
de una lamentable guerra fraticida. El hilo narrativo lo conforman los
testimonios de expertos en la materia y de la nieta de Cortés, combinados con
imágenes de archivo y una atractiva dramatización mediante una animación
reducida, donde los personajes se dirían figuras de recortable, con las voces
principales de Juan
Diego
 y Ana Fernández.


El guión de Jorge Laplace es
correcto y los recursos para entregar la historia son originales y funcionan.
El problema, como suele ocurrir en todo lo que se hace en España relacionado
con la guerra civil, es la dificultad para evitar el apasionamiento que resta
objetividad a lo contado. Escritores como Jesús Torbado y Ronald Fraser saben
ofrecer los datos concretos de lo acontecido con el rigor del historiador, y lo
mismo cabe decir de la profesora de la universidad de Málaga María Barranquero.
En cambio Juan Gallo, Comisario de la Memoria Histórica de la Junta de
Andalucía, se deja llevar en sus intervenciones por la descalificación sin
matices del franquismo, con declaraciones tipo “y claro, todo lo que publicaban
los periódicos era mentira”. Quizá su intervención era el precio a pagar para
el respaldo económico de la Junta, pero quita algo de rigor a un film bastante
digno y muy humano.

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