viernes, 25 de marzo de 2022

Repasando la historia para comprender el presente: La fundación de Odesa

La fundación de Odesa, ahora en disputa como parte en el conflicto bélico Rusia/Ucrania

También conocida como la “Perla del Mar Negro“, la historia de la ciudad de Odesa (Ucrania) se halla íntimamente ligada a la del militar de origen español José de Ribas. En este artículo te contamos el papel desempeñado por Ribas en la fundación de Odesa, ocurrida durante el reinado de la emperatriz Catalina II la Grande.



Monumento dedicado a José de Ribas, en la ciudad de Odesa. Fuente: Odessa.Travel
Antecedentes: expansionismo del Imperio ruso en el mar Negro

A partir del siglo XIV, el principado de Moscú fue englobando a los antiguos estados eslavos que una vez conformaron la Rus de Kiev. Siglos después, el príncipe Iván IV el Terrible fue coronado zar de Rusia en 1547. Bajo su turbulento reinado donde se cometieron múltiples desmanes, el zarato ruso conquistó los janatos tátaros de Kazán y Astracán además de expandirse hacia las gélidas tierras de Siberia. Mucho más tarde, en 1721 el zar Pedro I el Grande inauguró el Imperio ruso habiendo sido proclamado Emperador de Todas las Rusias. Uno de los proyectos más importantes de Pedro I había sido la fundación de la ciudad de San Petersburgo en 1703, toda una muestra de su poder absoluto, concebida como un “puente” entre Europa y Rusia. Sus sucesores en el trono ruso, especialmente Catalina II, se encargaron de continuar la estela expansionista con el objetivo de engrandecer todavía más al imperio.
Pedro I el Grande, fundador del Imperio ruso. Fuente: lavanguardia

En contraposición, el decadente Imperio otomano vivía un período de retroceso desde finales del siglo XVII. La corrupción endémica unido a la falta de modernización de su ejército, fue aprovechado por las potencias europeas, entre ellas Rusia, para ir tomando ventaja sobre la Sublime Puerta. El choque entre los dos imperios, el ruso y el otomano, fue inevitable. Como consecuencia de las tensiones territoriales, tuvieron lugar una serie de enfrentamientos conocidos como las guerras ruso-turcas que se extendieron a lo largo de tres siglos. Uno de aquellos conflictos fue la guerra ruso-turca de 1768-1774, que se saldó con una victoria rusa y su control de facto sobre el kanato de Crimea, anteriormente vasallo de los otomanos. La incorporación definitiva de este kanato ocurrió en el año 1783, durante el reinado de Catalina II la Grande. Esta gobernante está considerada como una de las más brillantes de toda la historia de Rusia, con sus luces y sus sombras.

La expansión de Rusia hacia el sur tenía un cierto carácter mesiánico al tratar de englobar a toda la población ortodoxa bajo la autoridad de Moscú, considerada por algunos políticos como la “Tercera Roma“. Este apelativo era atribuido desde los lejanos tiempos de Iván III el Grande, casado con Sofía Paleóloga (sobrina del último emperador bizantino Constantino XI), tras la caída de Constantinopla por los otomanos en 1453. La emperatriz Catalina II la Grande tenía la intención de hacer de Rusia un gran imperio, al igual que su predecesor Pedro I. Uno de los proyectos más ambiciosos de esta emblemática emperatriz era abrir Rusia al mar Negro. Tras su derrota en la guerra ruso-turca de 1787-1792, el imperio otomano renunció definitivamente al kanato de Crimea. En el territorio conocido como la “Nueva Rusia” (sur de la actual Ucrania) se había llevado a cabo un proceso de colonización con población cristiana para ir desplazando a los musulmanes tártaros. Fue precisamente en este contexto cuando se fundaron importantes ciudades de la talla de Sebastopol (1783) y Odesa (1794).

Catalina II la Grande, emperatriz de Rusia. Fuente: vanitatis
José de Ribas y Boyons

Según dicen algunas fuentes, José Pascual Domingo de Ribas y Boyons nació el 6 de junio de 1749 en el reino de Nápoles. Su padre era Miguel de Ribas y Boyons, perteneciente a una familia noble de Cataluña y su madre Margaret Plunkett, natural de Irlanda. A la edad de 16 años ingresó en el ejército napolitano y cuatro años después tuvo la oportunidad de conocer a Alejo Orlov, comandante de la flota rusa en el mar Mediterráneo además de ser el hermano de uno de los amantes de la emperatriz Catalina II. El joven José aceptó la propuesta de Orlov para trasladarse a San Petersburgo para unirse al ejército ruso en el marco de la guerra ruso-turca de 1768-1774. Empezaba una nueva etapa llena de desafíos pero también de gloria y reconocimientos.


Retrato de José de Ribas

En la capital del Imperio ruso, se enroló en el cuerpo de cadetes de Tierra. La carrera de José de Ribas pegó un salto por su relación con Anastasia Sokolova, ayuda de cámara de la emperatriz Catalina II. En 1783 entró al servicio del favorito de Catalina, el príncipe Grigori Potiomkin, desplazándose al sur de la actual Ucrania. Juntos lograron afianzar el dominio ruso sobre la península de Crimea, donde se creó el estratégico puerto de Sebastopol, base de la flota rusa en el mar Negro. Poco después, José de Ribas tuvo una resonante actuación durante la guerra ruso-turca de 1787-1792. Algunas de sus intervenciones fueron en la batalla naval de Ochákov, la toma de la isla de Berezán, la población de Khadjibey y la fortaleza de Ismaíl, considerada inexpugnable. En 1792 se firmó la paz con el Imperio otomano, el cual reconocía definitivamente la soberanía de Rusia sobre la orilla norte del mar Negro.

Debido a su posición y sus inigualables victorias militares, José de Ribas llegó a entablar una estrecha amistad con la emperatriz Catalina II la Grande. Fue precisamente esta relación tan personal, la que propició el convencimiento de Catalina por parte de Ribas para convertir la guarnición turca de Khadjibey en una ciudad portuaria de gran importancia, que sería posteriormente conocida como Odesa. La fundación de esta ciudad en 1794 tenía como objetivo convertirse en la principal puerta marítima ubicada en el sur de Rusia. Dos años después, José de Ribas fue nombrado gobernador de Odesa. Sin embargo, los últimos años de su vida transcurrieron en San Petersburgo, ya en el reinado de Pablo I. En la capital del imperio ascendió al grado de almirante. No obstante su meteórica carrera se truncó cuando José de Ribas enfermó repentinamente, falleciendo el 2 de diciembre de 1800. Algunos señalan que pudo haber sido víctima de alguna conspiración, aunque existen ciertas dudas al respecto.
Odesa, “la Perla del Mar Negro“

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En la actualidad, Odesa es la tercera población más importante de Ucrania en número de habitantes tras Kiev y Járkov. Por otro lado, posee el puerto comercial marítimo más grande de este país. La ciudad ucraniana de Odesa sigue guardando un gran respeto por el militar de origen español. Existe un monumento dedicado a José de Ribas en la calle principal Deribasovskaya, así como otro situado en el patio del Museo de Costumbres Locales además de otra estatua que forma parte del grupo escultórico dedicado a Catalina II la Grande. En tiempos más recientes, desgraciadamente Odesa se ha encontrado otra vez en el escenario bélico a consecuencia de la invasión militar de Rusia a Ucrania ocurrida en 2022. La que es considerada como la “Perla del Mar Negro” por su singular estilo arquitectónico, corre grave riesgo de ser destruida por el ejército de Vladímir Putin. A la espera de los acontecimientos que puedan ocurrir en un futuro, Odesa ha vuelto a ser testigo de los avatares de la historia a su pesar.


Escultura dedicada a José de Ribas dentro del monumento a Catalina II, en la ciudad de Odesa
Bibliografía:

Foto de portada de Odessa.Travel



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