Domingo Nuñez Polanco.
Los dominicanos no han perdido las esperanzas. A pesar de engaños e incumplimientos, sigue en pie el anhelo de vivir en una sociedad mejor. Ha faltado correspondencia entre lo que quiere la gente y lo que han hecho los actores políticos e incluso, se ha caído en el “gatopardismo”, que consiste en que las cosas aparentemente cambian para seguir igual. Pero eso no significa que la mayoría haya renunciado a su voluntad de cambio. La mentalidad de los dominicanos ya cambió y eso es lo más importante. La sociedad está a la espera de convocatorias generosas, serias y responsables. El principal recurso del país es su gente: noble, generosa, creativa y trabajadora. Ahí está el ejemplo de los emigrantes dominicanos que, por necesidad, han salido del país y que son los trabajadores más emprendedores en Estados Unidos, España y otras latitudes del mundo donde residen dominicanos. Sus remesas anuales ascienden a más de tres mil millones de dólares.
República Dominicana posee también importantes recursos naturales, a pesar de que lo han saqueado por siglos. Todavía es mucho lo que puede utilizarse en beneficio de todos. Contamos con suficientes recursos naturales, como pocas naciones. Todos estos recursos, manejados con racionalidad, pueden aplicarse para impulsar el desarrollo del país.
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