Derecha latinoamericana: Una plaga a erradicar en la Patria Grande
Por: Patricio Montesinos
Por: Patricio Montesinos
Solo pasando algunas páginas de las últimas décadas del siglo XX y los años transcurridos de la actual centuria, es suficiente para afirmar que la derecha tradicional latinoamericana es como una plaga que arrasa con los países, cuando está en el poder, y daña también, desde la oposición, las cosechas que gobiernos progresistas cultivan en favor de los pueblos.
A propósito de las elecciones argentinas del venidero domingo, es válido recordar cuánto arruinaron a esa rica nación de la Patria Grande, las dictaduras militares impuestas en Buenos Aires por sectores conservadores, y ejecutivos “democráticos” disfrazados de ovejas, pero lobos al fin, todos al servicio de la oligarquía, y de Estados Unidos.
Unos vestidos de militares y con armas asesinando en las calles, y otros de cuello blanco robando, al igual que los primeros, vendieron y quebraron una y otra vez a esa nación sudamericana, que comenzó a recuperarse y lograr estabilidad con la llegada a la Casa Rosada del presidente Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003.
Fue Kirchner quien consiguió sacar a la Argentina del llamado “corralito”, una de las peores crisis de la historia de su país, que vivió a fines del siglo pasado y primeros años del XXI en un caos económico total, en suspensión de pagos y con altísimos índices de desempleo y pobreza.
A esa problemática tuvo que enfrentarse el entonces nuevo ocupante de la Casa Rosada de Buenos Aires, quien revertió el panorama nacional, al reestructurar la deuda, alcanzar un superávit fiscal, incrementar las reservas monetarias del Estado, y mantener una tasa de crecimiento del 9 por ciento hasta 2007.
Kirchner desafió las recetas venenosas neoliberales del Fondo Monetario Internacional (FMI), como otra fórmula macabra de dominación de Washington en Latinoamérica, y abogó por la soberanía y la integración regional.
Similar camino y con demostrada valentía ha recorrido hasta hoy la presidenta Cristina Fernández, quien en sus dos mandatos ha superado todo tipo de obstáculos de la derecha tradicional, y sus financistas externos, para asediarla y tratar de derrocarla.
Ningún método les ha servido a los enemigos de los procesos soberanos y unitarios que se escenifican actualmente en Latinoamérica para doblegar a la bella y digna Cristina, ni siquiera el de los parásitos e infames Fondos Buitre.
La mandataria Argentina se va por la puerta ancha, con un proyecto hecho, que de seguro tendrá continuidad por sus sucesores, y ella desde ya figura en la historia como una de las más valerosas mujeres de la Patria Grande.
Los conservadores en ese Estado sudamericano, como en la mayoría de la región, tendrán que conformarse con tratar de estropear los cultivos que a favor de los pueblos riegan los gobiernos progresistas, pero que al mismo tiempo fertilizan con más eficacia para erradicar la plaga que sigue siendo la derecha, quizás hoy más violenta, para Nuestra América.
Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, entre otras naciones, también del Caribe, con destaque para Cuba como ejemplo histórico, sabrán salir victoriosas, junto a la Argentina, ante quienes insisten en saquear a la Patria Grande en beneficio de las oligarquías decadentes como el imperio de Estados Unidos.
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